Las sanciones de Occidente contra Rusia, unilateralmente decididas en Washington, estĆ”n siendo presentadas como un justo castigo por la agresión contra Ucrania. Pero, aun sin mencionar el hecho de que tales “sanciones” son ilegales a la luz del Derecho Internacional, todos pueden ver que esas medidas no estĆ”n alcanzando su objetivo supuesto. En la prĆ”ctica, Estados Unidos estĆ” aislando a Occidente con la esperanza de mantener asĆ su propia hegemonĆa sobre sus “aliados”.
Estados Unidos, que siempre esperó hasta el Ćŗltimo momento para implicarse en las dos guerras mundiales –evitando asĆ sufrir daƱos en su propio suelo–, salió de esos conflictos como gran vencedor. ConvirtiĆ©ndose en heredero de los grandes imperios europeos, ese paĆs logró instaurar asĆ un sistema de dominación que lo convirtió en el «gendarme mundial». Pero su hegemonĆa era frĆ”gil y no podĆa ser mantenida frente al desarrollo de otras grandes naciones.
A partir de 2012, ciertos politólogos comenzaron a hablar de la «trampa de TucĆdides», estableciendo una analogĆa con la explicación que aquel historiador de la Antigua Grecia elaboró sobre el porquĆ© de las guerras del Peloponeso entre Esparta y Atenas. SegĆŗn aquellos politólogos, el ascenso de la RepĆŗblica Popular China hacĆa que un enfrentamiento entre ese paĆs y Estados Unidos fuese tan inevitable como las guerras entre Esparta y Atenas. Habiendo comprobado hoy que China se ha convertido en la primera potencia económica mundial mientras que Rusia es la primera potencia militar, Estados Unidos ha decidido combatirlas, pero no al mismo tiempo.
Ese es el contexto de la guerra en Ucrania. Washington presenta ese conflicto como una «agresión rusa», impone sanciones y obliga a sus aliados a hacer lo mismo. La primera explicación que viene a la mente es que Estados Unidos, sabiĆ©ndose inferior en el plano militar pero económicamente superior, ha decidido escoger su campo de batalla. Sin embargo, el anĆ”lisis de las fuerzas implicadas y de las medidas adoptadas desmiente esa lectura de los hechos.
El sistema económico mundial
El sistema económico mundial contemporĆ”neo fue creado por los acuerdos de Bretton Woods, en 1944. El objetivo de los acuerdos de Bretton Woods era instaurar un marco para el capitalismo posterior a la crisis de 1929, luego de comprobarse que el nazismo no habĆa sido la solución. En Bretton Woods, Estados Unidos impuso el dolar –su propia moneda– como divisa de referencia convertible en oro. La Unión SoviĆ©tica y China no estuvieron en la conferencia de Bretton Woods.
En 1971, el presidente Richard Nixon decidió unilateralmente –y de manera no oficial– poner fin a la paridad del dólar estadounidense con el oro… para poder financiar la guerra de Estados Unidos en Vietnam. Concretamente, se abandonó la tasa fija dólar-oro. Esa decisión unilateral estadounidense no se hizo oficial hasta despuĆ©s del fin de la guerra –tambiĆ©n estadounidense– en Vietnam, en 1976. Fue tambiĆ©n en ese momento cuando China se alió a las transnacionales anglosajonas. Desde 1972, la Comunidad Económica Europea –predecesora de la actual Unión Europea– tuvo que adaptarse a las tasas de cambio, que de ser fijas habĆan pasado a ser “flotantes”, primeramente enmarcĆ”ndolas con la llamada «serpiente monetaria» y despuĆ©s con la creación del euro.
A partir de 1981, Estados Unidos comenzó a permitir el crecimiento de su propia deuda. DespuĆ©s de haberse elevado al 40% del PIB estadounidense, la deuda exterior de Estados Unidos es hoy equivalente al 130% de su PIB. Estados Unidos intentó despuĆ©s «globalizar» la economĆa mundial, o sea imponer sus propias reglas del juego a los paĆses solventes y destruir las estructuras de los Estados de los demĆ”s paĆses –la estrategia Rumsfeld-Cebrowski [1].
Para pagar sus propias deudas, Estados Unidos imprimió dólares, espió a las empresas de sus supuestos aliados y robó las reservas de dos importantes Estados petroleros –Irak y Libia. Nadie se atrevió a cuestionarlo. Pero, desde 2003, el sistema económico de Estados Unidos ha dejado de ser lo que pretendĆa ser. Oficialmente, Estados Unidos seguĆa siendo un paĆs de «economĆa liberal», pero todos podemos ver que ya no produce los alimentos que necesita, ni sus propios productos de primera necesidad y que ademĆ”s vive sólo del saqueo.
La economĆa estadounidense, que despuĆ©s de la disolución de la URSS llegó a representar un tercio de la economĆa mundial, hoy es sólo una dĆ©cima parte.
Numerosos Estados vislumbran el fin de las reglas de Bretton Woods y buscan un nuevo sistema. En 2009, Brasil, Rusia, la India y China, paĆses a los que rĆ”pidamente se une SudĆ”frica, crean el grupo BRICS. Esos paĆses se han dotado de instituciones financieras que –mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial imponen reformas estructurales y compromisos polĆticos de alineamiento junto a Washington a todo el que solicita sus prĆ©stamos– prefieren invertir segĆŗn el sistema llamado leasing o «arrendamiento financiero», tambiĆ©n llamado «alquiler con derecho de compra», segĆŗn el cual el paĆs que recibe la inversión se convierte en propietario cuando la inversión se ha amortizado.
En 2010, Bielorrusia, KazajastĆ”n, Rusia –a los que despuĆ©s se unió Armenia– fundaron la Unión Económica EuroasiĆ”tica (UEE). Esos paĆses, que tienen fronteras comunes, instauraron una zona de libre comercio con Egipto, China, IrĆ”n, Serbia, Singapur y Vietnam. A ellos podrĆan unirse próximamente Corea del Sur, la India, TurquĆa y Siria.
En 2013, China emprendió su vasto proyecto conocido como «Nuevas Rutas de la Seda». Al aƱo siguiente –cuando su PIB sobrepasó el de Estados Unidos y alcanzó la paridad con su poder adquisitivo– PekĆn creó el Banco AsiĆ”tico de Inversión en Infraestructura (BAII, tambiĆ©n designado como AIIB, por sus siglas en inglĆ©s) y en 2020 estableció un marco para los capitales extranjeros.
En 2021, la Unión Europea concibió su «Pasarela Mundial» (Global Gateway) para competir con China e imponer su propio modelo polĆtico. Pero muchos paĆses interpretaron esa jugada como un regreso al colonialismo y la “Pasarela europea” fue objeto de un rechazo masivo.
El bloque ruso y el bloque chino han venido acercĆ”ndose entre asĆ gracias al proyecto comĆŗn denominado Gran Asociación EuroasiĆ”tica Global –surgido en 2016– en el marco de la Organización de Cooperación de Shanghai. Se trata de desarrollar todo ese espacio en su conjunto creando en Ć©l vĆas de comunicación equilibradas segĆŗn las bases ideológicas definidas por el kazajo NursultĆ”n Nazarbayev: la inclusividad, la igualdad en materia de soberanĆa, el respeto de la identidad cultural y sociopolĆtica de los participantes, la apertura y la disponibilidad en cuanto a integrar otros conjuntos.
El intento de Washington de destruir ese conjunto en formación
no tiene absolutamente ninguna posibilidad de Ʃxito. Ya podemos
comprobar que:
la agresión económica no comenzó con la invasión de Ucrania sino 2 dĆas antes de la operación militar rusa;
la agresión económica apunta
ante todo a los bancos rusos, a los multimillonarios rusos y contra la
industria del gas ruso, sin tocar la nueva red de comunicación
euroasiƔtica;
finalmente, la agresión
económica trata de excluir a Rusia de las organizaciones
internacionales… pero no concierne a los Estados que se niegan a
condenar a Rusia. Por consiguiente, empujarĆ” a estos Ćŗltimos en brazos
de China.
En otras palabras, en la prĆ”ctica Estados Unidos no estĆ” aislando a Rusia sino que aĆsla a Occidente –el 10% de la humanidad– del resto del mundo, o sea del 90% de la humanidad.
El proceso que estĆ” separando a Occidente del resto del mundo
- 0. Estados Unidos agredió económicamente a Rusia el 22 de febrero de 2022, el dĆa despuĆ©s del anuncio del reconocimiento, por parte de Rusia, de la independencia de las RepĆŗblicas Populares de Donestsk y Lugansk –anuncio emitido por MoscĆŗ el 21 de febrero. El 23 de febrero, un dĆa despuĆ©s de la agresión económica estadounidense contra Rusia, la Unión Europea siguió los pasos de Washington. Los bancos rusos Vnesheconombank y Promsvyazbank fueron excluidos del sistema financiero mundial.
Vnesheconombank (VEB.RF) es un banco de desarrollo regional y habrĆa podido ayudar a las RepĆŗblicas del Donbass. Promsvyazbank (PSB) invierte principalmente en el sector de la defensa y habrĆa podido tener un papel en la aplicación de los tratados de asistencia mutua entre Rusia y las RepĆŗblicas Populares del Donbass.
-1. Rusia inició su «operación militar especial» en Ucrania el 24 de febrero. El 25 de febrero, Washington extendió la exclusión de los dos bancos rusos ya mencionados, incluyendo en ella a todos los bancos rusos. La Unión Europea hizo lo mismo –tambiĆ©n el 25 de febrero.
-2. Para evitar al mĆ”ximo que otros Estados pudiesen mantenerse junto a Rusia, Washington extendió las «sanciones» comerciales a Bielorrusia. La Unión Europea comenzó a desconectar los bancos rusos del sistema SWIFT –plegĆ”ndose asĆ a las instrucciones ya impartidas desde Washington– y tambiĆ©n extendió las «sanciones» a Bielorrusia y censuró los medios pĆŗblicos rusos –RT (Russia Today) y Sputnik– el 2 de marzo.
-3. El 3 de marzo Washington comenzó a arremeter contra los millonarios rusos –erróneamente llamados «oligarcas»–, los que en realidad aborrecen a Putin, y el 8 de marzo prohibió las importaciones de hidrocarburos rusos. El 9 de marzo, la Unión Europea siguió el paso de Washington contra los millonarios rusos pero se resistió a la orden de prohibir la importación de gas ruso, indispensable para la economĆa europea.
-4. El 11 de marzo, Washington extiende las sanciones financieras al seno del FMI y del Banco Mundial y el 11 de marzo amplĆa la lista de oligarcas sancionados y prohĆbe la exportación de productos de lujo a Rusia. La Unión Europea hace lo mismo el 15 de marzo.
-5. El 24 de marzo, Washington busca garantizar que los miembros del parlamento ruso sean despojados de todo derecho en Occidente –al igual que los llamados «oligarcas»–, que Rusia no pueda utilizar sus fondos depositados en Estados Unidos para pagar sus deudas a ese paĆs y que tampoco pueda utilizar su oro para pagar sus deudas en el exterior. La Unión Europea tambiĆ©n sigue a Washington en la adopción de esas medidas –prohĆbe la importación de carbón y de petróleo rusos… pero sigue sin prohibir las compras de gas ruso.
A continuación presentamos al lector un cuadro recapitulativo de los anuncios de Washington y los de la Unión Europea.
La respuesta del resto del mundo
Estamos siendo testigos de un fenómeno tremendamente sorprendente. Estados Unidos logró que una mayorĆa de Estados se pusiera de su parte… pero son los Estados menos poblados del mundo. Todo parece indicar que Washington se ha quedado sin medios de presión sobre los paĆses realmente interesados en ser independientes.
Las acciones unilaterales de los anglosajones y de la Unión Europea estÔn dividiendo el mundo en dos espacios heterogéneos. El mundo estÔ diciendo adiós a la era de la globalización económica. Los puentes económicos y financieros estÔn cayendo uno a uno.
En una rĆ”pida reacción, Rusia ha convencido a sus socios del BRICS de la necesidad de poner fin a sus intercambios en dólares y de crear una moneda virtual comĆŗn para realizar sus transacciones. Mientras tanto utilizarĆ”n el oro. La moneda comĆŗn de los paĆses del BRICS estarĆa basada en una cesta de monedas de sus propios miembros, divisas cuyo valor se estimarĆa en función del PIB de cada uno de esos paĆses y de una cesta de materias primas con valor bursĆ”til. Ese sistema debe resultar mucho mĆ”s estable que el sistema actual.
Pero lo mĆ”s importante es que Rusia y China parecen mucho mĆ”s respetuosos que Occidente en materia de relaciones con sus socios. Nunca exigen reformas estructurales, ni económicas ni polĆticas. La crisis ucraniana estĆ” demostrando a todos que MoscĆŗ no trata de tomar el poder en Kiev ni de ocupar Ucrania sino de oponerse al avance de la OTAN y combatir a los “banderistas” –los neonazis, segĆŗn la terminologĆa del Kremlin. El mĆ©todo puede parecernos adecuado o no pero los objetivos son legĆtimos.
En la prƔctica, estamos siendo testigos del fin de 4 siglos de
dominación occidental y de los imperios instaurados por las naciones
de Occidente. Estamos viendo el enfrentamiento entre maneras de pensar
muy diferentes.
Los occidentales sólo piensan en
términos de semanas. Esa visión a corto plazo puede llevarlos a creer
que Estados Unidos tiene razón frente a los rusos.
Pero
el resto del mundo reflexiona en tƩrmino de dƩcadas, incluso de
siglos. Visto asĆ, resulta incuestionable que los rusos tienen razón
mientras que los occidentales, en su conjunto, se equivocan.
Por otra parte, los occidentales
estƔn rechazando el Derecho Internacional: atacaron Yugoslavia y Libia
sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU y mintieron para
atacar AfganistƔn e Irak. En pocas palabras, Occidente no respeta
las reglas que antes impuso.
Los demƔs Estados, por
el contrario, aspiran a un mundo multipolar donde cada cual tenga la
libertad de pensar en función de su propia cultura; estÔn conscientes
de que el Derecho Internacional es lo Ćŗnico que puede preservar la paz
en el mundo que ellos sueƱan.
MĆ”s que enfrentar a Rusia y China, Washington ha optado por replegarse hacia su imperio, por aislar a Occidente para mantener la hegemonĆa de Estados Unidos.
Desde el aƱo 2001, todos los dirigentes mundiales ven a los occidentales, y sobre todo a Estados Unidos, como una peligrosa fiera herida. No se atreven a enfrentarla y buscan la manera de dirigirla cuidadosamente hacia el cementerio.
Nadie previó que la fiera se aislarĆa para morir.



0 Comentarios