Los ataques aĆ©reos que golpearon la base militar ucraniana cerca de la ciudad de Yavoriv a principios del 13 de marzo fueron notables no solo porque mataron a unas 35 personas, ni siquiera porque expandieron las hostilidades al extremo oeste de Ucrania, una región que anteriormente resultó en gran parte ilesa por la invasión de Rusia. Lo mĆ”s importante es que la base, irónicamente llamada Centro Internacional de Mantenimiento de la Paz y Seguridad, habĆa sido utilizada hasta hace poco por Estados Unidos y otros paĆses de la otan para entrenar a las tropas ucranianas (se muestra una sesión dirigida por los estadounidenses). EstĆ” a solo 18 km de Polonia, miembro de la otan, y se ha convertido en un puesto de parada para las armas y otros suministros que los paĆses de la otan estĆ”n canalizando a Ucrania. Para aquellos que temen que la guerra pueda expandirse mĆ”s allĆ” de las fronteras de Ucrania, el ataque fue la evidencia mĆ”s preocupante hasta el momento. Para los lĆderes occidentales, especialmente, fue un recordatorio de la dificultad de evitar que su confrontación con Rusia se intensifique..
Occidente tiene una larga experiencia en mantener a raya a una potencia hostil en Europa del Este sin recurrir a la guerra. En 1947, George Kennan, un cĆ©lebre diplomĆ”tico estadounidense, argumentó en un artĆculo anónimo en Foreign Affairs que la hostilidad de Rusia era el producto de su inseguridad, sin embargo, su polĆtica exterior responderĆa a la "lógica y retórica del poder". Por lo tanto, Estados Unidos deberĆa adoptar "una polĆtica de contención firme, diseƱada para enfrentar a los rusos con una contrafuerza inalterable en cada punto donde muestren signos de invadir los intereses de un mundo pacĆfico y estable". Este punto de vista se convirtió en la base de la estrategia de Estados Unidos contra la Unión SoviĆ©tica durante la guerra frĆa.
Las ideas de Kennan sobre la "contención" estĆ”n siendo releĆdas Ć”vidamente en Washington a medida que Occidente se embarca en una nueva contienda con Rusia. "Tengo mucho miedo de que estemos viendo un conflicto a muy largo plazo", dijo Liz Truss, secretaria de Relaciones Exteriores de Gran BretaƱa, durante una visita a Washington el 10 de marzo. Para Robert Gates, ex secretario de Defensa estadounidense, la guerra "ha puesto fin a las vacaciones de 30 aƱos de los estadounidenses de la historia"; Estados Unidos debe enfrentarse no solo a Rusia, sino tambiĆ©n a China. "Una nueva estrategia estadounidense debe reconocer que enfrentamos una lucha global de duración indeterminada contra dos grandes potencias que comparten el autoritarismo en casa y la hostilidad hacia Estados Unidos", escribió en el Washington Post..
La forma que adopte el concurso dependerĆ”, en primer lugar, del resultado de los combates en Ucrania. A Vladimir Putin, el presidente de Rusia, se le ha negado una rĆ”pida victoria militar, gracias a la dura resistencia de las fuerzas de Ucrania. No se puede contar con un golpe de Estado en el Kremlin o un levantamiento popular que lo destituya. En declaraciones al Congreso la semana pasada, Bill Burns, el director de la cia, esperaba mĆ”s peleas amargas. "Creo que Putin estĆ” enojado y frustrado en este momento. Es probable que duplique y trate de aplastar al ejĆ©rcito ucraniano sin tener en cuenta las bajas civiles". Incluso si se puede llegar pronto a un acuerdo diplomĆ”tico discutido, un perĆodo prolongado de rivalidad entre Occidente y Rusia parece inevitable, al menos mientras Putin permanezca en el poder.
Si puede tomar el control de Ucrania, un Putin ensangrentado puede verse tentado a buscar mĆ”s conquistas. En cualquier caso, es probable que se enfrente a una resistencia obstinada, tanto armada como no violenta, de ucranianos recalcitrantes. Si se enfrenta a un punto muerto o, como algunos ahora se atreven a creer, comienza a retirarse, puede arremeter contra los partidarios occidentales de Ucrania con la esperanza de cambiar su suerte. Pase lo que pase, dice Alina Polyakova, del Centro para el AnĆ”lisis de PolĆticas Europeas, un grupo de expertos en Washington, no habrĆ” mĆ”s "reinicios" con Rusia del tipo que intentó Barack Obama, o la bĆŗsqueda de "relaciones estables y predecibles" que Joe Biden defendió el aƱo pasado. "Estamos aquĆ a largo plazo, una especie de lucha crepuscular con Rusia", dice.
Truss insiste en que Putin debe perder: "Si dejamos que el expansionismo de Putin no sea cuestionado, enviarĆa un mensaje peligroso a los posibles agresores y autoritarios de todo el mundo". Sin embargo, los medios para lograrlo son limitados debido al peligro de una escalada nuclear. Biden promete que Estados Unidos defenderĆ” "cada centĆmetro" del territorio de la otan. Pero es igual de explĆcito al decir que las fuerzas estadounidenses no defenderĆ”n ninguna pulgada de tierra ucraniana, por temor a comenzar la "Tercera Guerra Mundial". De ahĆ el recurso a una estrategia que busca detener la agresión imperial rusa, pero no llega a una intervención militar directa: una contienda indirecta que implica armar a las fuerzas ucranianas, ejercer una presión económica paralizante sobre Rusia y tratarla como un paria. "Hemos vuelto a la contención clĆ”sica", dice Richard Fontaine, del Centro para una Nueva Seguridad de AmĆ©rica, un grupo de expertos, "Estamos incumpliendo con una polĆtica de prevenir la expansión de Rusia, debilitarla y esperar un cambio de liderazgo polĆtico a largo plazo".
Lo largo y lo corto de la misma
A medida que Rusia se dirige hacia los niveles de represión interna y aislamiento económico de la era de Stalin, el anĆ”lisis de Kennan sobre cómo lidiar con el dictador soviĆ©tico ofrece un punto de partida para los responsables polĆticos. Su "largo telegrama" de MoscĆŗ en 1946 argumentó: "En el fondo de la visión neurótica del Kremlin de los asuntos mundiales estĆ” la sensación tradicional e instintiva de inseguridad rusa". Los gobernantes rusos "siempre han temido la penetración extranjera, temieron el contacto directo entre el mundo occidental y el suyo propio". El resultado es la creencia de que Rusia no puede vivir en paz con Occidente, y debe interrumpirlo, si no destruirlo. En su ensayo posterior en Foreign Affairs, ampliando su cable, Kennan argumentó que la Unión SoviĆ©tica "lleva dentro de sĆ las semillas de su propia decadencia", y que la presión estadounidense podrĆa acelerar "la ruptura o la suavización gradual del poder soviĆ©tico". Sin embargo, Kennan llegó a oponerse a la forma de contención que Estados Unidos adoptó. Pensaba que la acción polĆtica y económica, no la acumulación militar y la confrontación, deberĆan ser las principales herramientas. Apoyó el plan Marshall de ayuda estadounidense a la Europa de la posguerra, pero no le gustó la creación de la otan. AƱos mĆ”s tarde, pensó que la expansión de la alianza despuĆ©s de la caĆda del muro de BerlĆn habĆa sido un "error trĆ”gico".
Eliot Cohen, de la Universidad Johns Hopkins, seƱala que Rusia hoy es un enemigo mucho menor de lo que habĆa sido la Unión SoviĆ©tica. Es "un imperio herido" en lugar de una superpotencia con una ideologĆa global. Su dirección es personal mĆ”s que colectiva (despuĆ©s de Stalin); su economĆa carece de las posesiones imperiales y los estados clientes de la Unión SoviĆ©tica, que formaron un sistema casi autĆ”rquico. "Rusia es una economĆa mucho mĆ”s frĆ”gil, y un orden polĆtico y social, que la Unión SoviĆ©tica", dice. "No se mantiene unido por ninguna ideologĆa que no sea el nacionalismo rabioso, sino principalmente por la codicia, la corrupción y el miedo".
Propone tres objetivos para una nueva estrategia de contención: la liberación militar de Ucrania proporcionĆ”ndole todas y cada una de las armas que necesita (excepto las armas quĆmicas, biológicas o nucleares); el debilitamiento de Rusia a travĆ©s de sanciones paralizantes para que ya no pueda representar una amenaza; y el rearme y la revitalización de Occidente para enfrentarse no solo a Rusia sino tambiĆ©n a China. La administración Biden es mĆ”s cautelosa. Militarmente, no quiere que Estados Unidos se convierta en un "co-combatiente". Rusia ha advertido que los convoyes que suministran armas a Ucrania son objetivos legĆtimos; el ataque a la base en Yavoriv puede haber tenido la intención de llevar ese punto a casa. Hasta ahora, Estados Unidos ha proporcionado a Ucrania misiles antiaĆ©reos disparados desde el hombro, pero ha rechazado la noción de ser el intermediario para la entrega de aviones miG-29 polacos a Ucrania, considerĆ”ndolo "escalatorio". No proporcionarĆ” baterĆas antiaĆ©reas Patriot, porque requerirĆan que los estadounidenses las operen. De la misma manera, se ha negado repetidamente a tratar de imponer una zona de exclusión aĆ©rea sobre Ucrania.
Hasta quĆ© punto un paĆs puede apoyar una guerra de poder contra una potencia nuclear es incierto, pero la historia sugiere que los lĆmites son amplios. Las fuerzas "voluntarias" chinas lucharon contra las tropas estadounidenses en la guerra de Corea de 1950-53. Los rusos tripulaban baterĆas antiaĆ©reas y, tal vez, volaron misiones contra aviones estadounidenses en la guerra de Vietnam de 1955-75. Durante la ocupación de AfganistĆ”n por la Unión SoviĆ©tica en 1979-89, Estados Unidos proporcionó a los combatientes de la resistencia misiles antiaĆ©reos y mucho mĆ”s. "Estados Unidos y la Unión SoviĆ©tica estaban en puƱales desenvainados, pero por lo general no se apuƱalaban directamente", explica Fontaine.
Si las fuerzas rusas siguen avanzando, por ejemplo, capturando Kiev, crecerĆ” la presión para que Occidente haga mĆ”s para ayudar a Ucrania. Una prioridad serĆ” preservar la grupa del gobierno ucraniano en el oeste del paĆs. Como argumenta el Dr. Polyakova, un gobierno en el exilio rĆ”pidamente se vuelve irrelevante en la polĆtica interna de su paĆs. El Atlantic Council, un grupo de expertos en Washington, DC, pidió a un panel de expertos que evaluara 11 opciones para la asistencia occidental a Ucrania, calificĆ”ndolas de acuerdo con la efectividad militar y el riesgo de escalada. Los mejores incluyeron proporcionar drones de combate; equipo de guerra electrónica; sistemas de "contrafuego" para encontrar y destruir la artillerĆa rusa; y sistemas de defensa aĆ©rea para destruir aviones, cohetes y misiles, incluido el Sistema de Armas Cercanas (a menudo utilizado en barcos) y la CĆŗpula de Hierro de Israel.
La administración Biden ha seguido aumentando las sanciones económicas contra Rusia, pero aquĆ tambiĆ©n hay lĆmites. No todos los bancos rusos estĆ”n aislados del sistema swift de mensajes financieros, por ejemplo. Los paĆses europeos continĆŗan comprando grandes cantidades de petróleo y gas ruso. El gas ruso incluso continĆŗa fluyendo a travĆ©s de las lĆneas del frente de la guerra en Ucrania. Yuriy Vitrenko, el jefe de Naftogaz, la compaƱĆa estatal de petróleo y gas de Ucrania, cree que una buena manera de exprimir aĆŗn mĆ”s a Rusia serĆa que los paĆses europeos realicen pagos por la energĆa rusa en una cuenta de depósito en garantĆa, que se entregarĆ” a Rusia cuando sus fuerzas abandonen Ucrania. Eso negarĆa dinero a Rusia para continuar su guerra y crearĆa un incentivo para ponerle fin, dice Vitrenko.
No traquetees demasiado fuerte
Tales son las presiones sobre Rusia que algunos se preocupan por el "Ć©xito catastrófico": un colapso militar o económico en Rusia que empuja a Putin a asumir mayores riesgos. La mayor preocupación es que pueda recurrir a las armas nucleares, que no ha sido tĆmido a la hora de amenazar. "Tenemos que ser conscientes de que Putin, si se siente acorralado, podrĆa ser peligroso", dice una fuente de defensa estadounidense de alto rango. Pero, agrega, no hay seƱales de que Rusia cambie la preparación de sus fuerzas nucleares. Las amenazas de Putin, piensa, son una advertencia a la otan para que no ataque los flancos expuestos de Rusia mientras envĆa la mayorĆa de sus fuerzas terrestres y aĆ©reas a Ucrania. Esa es una de las razones por las que Estados Unidos ha sido cauteloso al reforzar la presencia militar de la otan en su frente oriental. "No queremos seƱalarle a Putin que de alguna manera la otan tiene la intención de tomar medidas ofensivas, porque eso podrĆa ponerlo bastante nervioso", dice la fuente.
Para Daniel Fried, del Consejo AtlĆ”ntico, la contienda con Rusia puede llegar a parecerse a los primeros aƱos de la guerra frĆa, "un perĆodo desordenado, conflictivo e incómodo en el que los estadounidenses durante casi 20 aƱos temieron una guerra nuclear". Incluso cuando Estados Unidos busca contener a Rusia, argumenta, deberĆa seguir hablando con Putin sobre el control de armas. Michael Green, del Centro de Estudios EstratĆ©gicos e Internacionales, otro grupo de expertos, dice que la estrategia de contención emergente necesita dos elementos mĆ”s. Uno es un fuerte aumento en el gasto de defensa de Estados Unidos si quiere contener tanto a Rusia como a China. "El presupuesto de defensa de estados unidos es casi el mĆ”s bajo que ha sido como porcentaje del pib en la era de la posguerra", seƱala. Un segundo requisito es fortalecer la "base económica" para las alianzas de Estados Unidos, particularmente en Asia, a travĆ©s de una mayor integración y liberalización del comercio. En este momento, dice, el Equipo Biden tiene "plan cero".
La asociación cada vez mĆ”s estrecha entre Rusia y China es otro recordatorio de la guerra frĆa temprana, excepto que en estos dĆas es China, en lugar de Rusia, el mayor rival de Estados Unidos. Algunos halcones de China dicen que Estados Unidos corre el riesgo de verse arrastrado demasiado profundamente a la crisis de Europa y, en cambio, deberĆa centrarse en el Indo-PacĆfico. Los funcionarios de la administración Biden replican que el debilitamiento de Rusia y el fortalecimiento de los aliados europeos en Ćŗltima instancia "pagarĆ”n dividendos" en Asia. Uno seƱala que el compromiso militar de Estados Unidos en Europa se refiere principalmente a las fuerzas terrestres, mientras que defender TaiwĆ”n y contener a China en el Indo-PacĆfico es principalmente una tarea de la marina y la fuerza aĆ©rea. Arne Westad, de la Universidad de Yale, ve a Estados Unidos reviviendo una tĆ”ctica de guerra frĆa para dividir a Rusia y China: "Inflige un gran dolor al socio mĆ”s dĆ©bil, entonces China y ahora Rusia, y tiene un mayor nivel de interacción con el socio mĆ”s fuerte, para que reconsideren sus posiciones estratĆ©gicas y prueben la cohesión de su relación", explica. Esa fue parte de la razón por la que la alianza chino-soviĆ©tica se rompió".
A medida que Estados Unidos y sus aliados en Europa y Asia se enfrentan a Rusia, muchos ven la esperanza de un renacimiento de Occidente. Entre los mĆ”s optimistas estĆ” Francis Fukuyama de la Universidad de Stanford, quien acuñó la noción del "fin de la historia" despuĆ©s de la caĆda de la Unión SoviĆ©tica. Escribiendo en American Purpose, una revista en lĆnea, predice que Ucrania no solo detendrĆ” a las fuerzas rusas, sino que les infligirĆ” una "derrota absoluta". Esto harĆ” posible un "nuevo nacimiento de la libertad" y revitalizarĆ” la democracia global, escribe: "El espĆritu de 1989 vivirĆ”, gracias a un grupo de valientes ucranianos".
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