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¡Al Diablo con el déficit!... todos frente al coronavirus son keynesianos

El gobierno dominicano cerró por 15 días la fronteras del país, por tierra, mar y aire, lo que afecta la llegada de turistas.


En medio de “un terreno desconocido”, el FMI recomienda apuntalar la demanda y en RD se combinan medidas monetarias y exenciones fiscales

 

La pandemia global del Covid-19 puede recortar a la mitad el crecimiento económico mundial, al caer a 1.5% durante el 2020, estima la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Y República Dominicana, una economía pequeña, abierta y dependiente de sectores como el turismo, las remesas, la inversión extranjera, las importaciones, y para mayor dolor de cabeza, del endeudamiento externo, no es la excepción.

Como dice el economista Pavel Isa Contreras es un “un terreno desconocido”.

En su programa monetario para el 2020, el Banco Central de República Dominicana estimó en un 5% el crecimiento en la economía dominicana durante el presente año.

Pero por los efectos locales del nuevo coronavirus esas proyecciones están bajo la lupa, desde donde se observan desvanecerse. En las pocas semanas durante las cuales se expandió la pandemia, los efectos en la economía ya pueden ser considerados como resultados de una recesión mundial, que tiende a ser comparados con los correspondiente a la crisis creada por las hipotecas subprimes, del 2008.

UNA DEUDA DEMASIADO ALTA

En ese año República Dominicana estaba moderadamente endeudada. En ese entonces, el monto de la deuda del sector público no financiero ascendía a US$ 11,219.3 millones, equivalente a 23.3% del PIB. De ese monto, solo el 64.3% era externo, y el resto, un 35.7%, era interna, según los informes de la Dirección General de Crédito Público.

Mientras que, a enero de 2020, el monto de la deuda del sector público no financiero es de US$38,454.1 millones, equivalente al 41.9% del PIB. De ese total, un 32.8% es deuda interna, y el resto, externa.

Y eso no incluye la deuda “cuasi fiscal” del Banco Central, que al 17 de marzo asciende a un monto equivalente a US$11,776.6 millones.

Estos datos significan que la crisis del coronavirus encuentra a República Dominicana con sus recursos muchos más comprometidos, lo que le dificulta enfrentar la posible recesión consecuente, en comparación con la Gran Recesión del 2008.

Pero en la presente crisis global de coronavirus, no solo está en juego la producción, el empleo y el bienestar, sino la vida y salud de muchas personas en el país y en el mundo, y por efecto de eso mismo, directamente la misma sostenibilidad de la economía.

El 17 de marzo pasado, el presidente Danilo Medina dio a conocer al país las medidas preventivas para combatir el coronavirus y sus efectos tanto en la salud de las personas, como en la economía.

En el mismo día de su discurso, había 159 países afectados en el mundo. Reveló que el 26 de febrero fue declarada como emergencia las compras y contrataciones indispensables para combatir el virus.

Cerró las fronteras del país durante 15 días, por tierra, mar y aire, solo permitiéndose la entrada de aviones ferry para la salida de ciudadanos extranjeros, y transportes de carga y de combustibles.

Interrumpió la docencia en los centros escolares y extendió el Programa de Alimentación Escolar, para que las familias puedan retirar de los centros educativos las raciones alimenticias destinadas a los alumnos.

Asimismo, suspendió los mercados de pulga en todo el país, y los mercados binacionales en la frontera. Asimismo, para los próximos 15 días, también las actividades comerciales que no sean supermercados, colmados, estaciones de expendio de combustibles, farmacias y de expendio de alimentos crudos y cocinados.

Y sugirió, entre otras medidas, que los sectores productivos que en los casos que sea posible implementen el trabajo a distancias durante los próximos 15 días.

Otra medida implementada, a través del Ministerio de Hacienda, consiste en la flexibilización, en forma de aplazamiento, de pago de obligaciones impositivas de empresas y personas, durante el periodo de emergencia.

EL RETORNO AL KEYNESIANISMO

Entre las medidas recomendada por el Fondo Monetario Internacional “para hacer frente a la crisis del coronavirus”, se destaca el impulso de “la demanda y la confianza impidiendo que las condiciones financieras se deterioren”.

Según el FMI, esto implica recortar los costos de endeudamiento de los hogares y las empresas, y garantizando la liquidez del mercado.

Asimismo, sobre la política fiscal, aconseja que se refuerce, para así brindar un respaldo suficiente a los particulares y a las empresas más afectadas, lo que incluye” a los sectores informales a los que es difícil llegar”.

Son medidas que buscan incentivar la demanda, al mejor estilo keynesiano.

John Maynard Keynes se centraba en la demanda agregada, a través del empleo y e ingresos para fomentar el crecimiento en épocas de recesiones económicas.

En cuento a la regulación y la supervisión bancaria, aconseja mantener la fortaleza de la estabilidad financiera y la solidez del sistema bancario, sustentando al mismo tiempo la actividad económica.

En República Dominicana, la economía tiene un elevadísimo componente informal, tanto en lo laboral como en el de las microempresas.

Por ejemplo, el 2019 cerró con una participación en la informalidad laboral total equivalente al 54.8% de la fuerza de trabajo. Esto significa que más de 2.6 millones de dominicanos se ganan la vida en actividades informales, que no cuenta con seguro de salud, con un salario fijo, con prestaciones laborales, lo que hace que dependan de los hospitales públicos o de la transferencia social que el Estado distribuye a través de la Tarjeta de Solidaridad.

Y ese es precisamente uno de los retos que enfrentaría el Estado para, en caso de ser necesario, declarar una cuarentena total para erradicar del país al nuevo coronavirus, denominado como Covid-19.

Pero después del discurso del presidente Danilo Medina, el Banco Central y la Dirección General de Impuestos Internos anunciaron, por separado, series de medidas que parecen ir a tono con las recomendaciones del FMI, sobre apuntalar la demanda y mantener la confianza.

El Banco Central anuncio varias medidas que, aun con efectos rezagados, tienden a reducir las tasas de interés, con lo que reduce deudas en los hogares, e incentiva a la economía.

Asimismo, flexibilizó los requisitos de encaje legal, al reconocer para ello a los títulos del mismo Banco Central y del Ministerio de Hacienda.

Explicó que, de los recursos liberados de encaje como resultados de esas medidas, RD$10,000 millones “serán destinados a préstamos a los hogares y a las micro y pequeñas y medianas empresas. Asimismo, con esas medidas libera otros RD$12,321 millones para ser canalizados a los sectores productivos.

Mientras que la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) anunció prórrogas para el pago del impuesto sobre la renta.

Son tipos de medidas que buscan enfrentar los efectos locales que provoca la pandemia.

REMESAS Y DESPIDOS LABORAL EN EEUU

Pero en el horizonte se acumulan nubarrones. La agencia AFP reportó este jueves que miles de personas fueron despedidas en una semana en Estados Unidos como resultado de las drásticas medidas adoptadas para luchar contra el coronavirus.

La agencia informa que ese hecho será utilizado por el gobierno de Donald Trump para llevar al Congreso un paquete de reactivación económica de 1.3 billones de dólares.

Durante 2019, de Estados Unidos llegaron a República Dominicana el 76.6% de las remesas recibidas por el país. Y de ese país, en un año normal como el 2018, llegaron a República Dominicana el 37.9% de los turistas, según las estadísticas del Banco Central.

Diario Libre conversó con el economista Pavel Isa Contreras, sobre el impacto de las medidas anunciadas para enfrentar el coronavirus.

Isa Contreras es doctor en economía, profesor Investigador del INTEC para el Observatorio Dominicano de Comercio Internacional (ODCI), en el pasado fue coordinador de investigación para los Informes Provinciales de Desarrollo Humano del PNUD, y director País del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas.

Considera que las medidas monetarias anunciadas, “van en la dirección correcta”, Aunque dice no estar seguro que el Banco Central y la Junta Monetaria estén utilizando todo su andamiaje de instrumentos.

“Yo creo que han utilizado parte de sus municiones”, precisa. Pero considera que están actuando en la dirección correcta.

Destaca tres tipos de medidas en manos de las autoridades monetarias: la baja en la tasa de política monetaria, “lo que se supone que debe reducir las tasas de interés en el mercado, pero que, por efecto del rezago, “no lo hace sino hasta dentro de tres meses”.

Observa, sin embargo, que el Banco Central, con sus operaciones en el mercado abierto para contener los agregados monetarios, actúa en una dirección contraria. “Por un lado baja la tasa de política monetaria, y por otro lado está colocando títulos en el mercado, tratando de contener la liquidez”, y así preservar su meta de inflación y mantener el tipo de cambio bajo control.

Eso es una contradicción en la política monetaria, sostiene.

Sobre las facilidades de liquidez por un monto de 52 mil millones de pesos, de los cuales 22 mil millones estarían de inmediato para créditos, valora que son medidas que van en la dirección correcta.

Pero explica. “Tú vas a tener una depresión de la demanda”, y en ese contexto es probable que parte de ese crédito no sea capturado por las empresas. Dirían: “¿Qué voy a hacer con ese crédito sino puedo vender?”

La tercera medida del Banco Central es mucho más efectiva. Es la que consiste en la renegociación de deudas, lo que permite que cualquier agente económico con problemas para pagar su deuda, pueda reprogramarla bajo un plazo más flexible, “sin mayores problemas para su calificación de riesgo”.

Las bolsas de valores en el mundo han estado bajo la incertidumbre por los efectos del coronavirus en la economía global. ( )

POLÍTICAS MONETARIAS

Este reportero le observa el hecho que las de políticas monetarias, en el paquete de medidas ocupan un espacio mucho más grande que las de índole fiscal, que tienden a ser mucho más eficaces y directas, y con resultados a plazos más cortos.

Pero, aunque las medidas fiscales van en la medida correcta, “probablemente todavía son insuficientes, limitadas”, consistente en posponer compromisos tributarios. El Gobierno puede adoptar medidas adicionales más fuertes, observa.

Pero no hay casi medidas específicas para proteger empleos. “Ahí es que está el problema”.

En FMI, en sus recomendaciones propone apoyos significativos para los particulares y a las empresas afectadas. Según el Fondo Monetario, medidas como subsidios salariales destinados a negocios afectados pueden evitar quiebras en cascada y despidos masivos que producirán efectos duraderos para la recuperación y un impacto negativo en la demanda agregada.

En el contexto de la potencial recesión global que mezclada de coronavirus, afirma que las transferencias de efectivo a los hogares de bajo ingreso pueden reforzar el consumo y mantener niveles de vida mínimos.

El Estado dominicano otorga subsidios sociales a más de 1.2 millones de beneficiarios. Según las estadísticas más recientes de la Administradores de Subsidios Sociales, el monto total de subsidio ascendió en 2019 a RD$1,185.5 millones.

Pero los montos de esas transferencias monetarias son por montos muy bajos, por lo que no compensan los ingresos por los salarios de los empleos.

Como medida para proteger el empleo, en la situación actual, Isa Contreras propone subsidiarles a las empresas una parte de los pagos a la Tesorería de la Seguridad Social que hacen las empresas ubicadas en los sectores más perjudicados. Eso evitaría despido. “Obviamente no tiene que ser a todo el mundo”, aclara.

“Entiendo que la situación en que estamos es muy difícil, y estamos en agua desconocidas”, describe. Y eso supone que no es posible esperar políticas perfectas.

Como otra opción, se destaca la propuesta del candidato presidencial por el Partido Revolucionario, Luis Abinader, consistente en la creación de un fondo de contingencia, para garantizar a todos los desempleados que generará la crisis, un ingreso mínimo de 10 mil pesos, durante un mes. Se estima que eso costaría al Estado 5,000 millones de pesos.

¡Al carajo con el déficit! Exclama Pavel Isa Contreras. Sostiene que el déficit fiscal no puede ser una justificación para no hacer lo que tiene hacerse para proteger empleos a la actividad económica.

El otro camino es el abismo de recesión.


 




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