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Vaticano: Los mercaderes del templo y la guerra por la sucesiĆ³n del Papa Francisco

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Vaticano: Los mercaderes del templo y la guerra por la sucesiĆ³n del Papa Francisco

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Escrito por Piero Messina .

Por primera vez en la historia milenaria del Vaticano, un cardenal acaba en juicio: Angelo Becciu. El cardenal nacido en CerdeƱa fue durante aƱos una de las personalidades mĆ”s influyentes de la Santa Sede, ocupando primero el cargo de Suplente de Asuntos Generales y luego asumiendo, tras su nombramiento como Cardenal en 2018, el cargo de Prefecto de la CongregaciĆ³n para la Causa. de los santos.

Becciu estĆ” acusado de malversaciĆ³n y complicidad en corrupciĆ³n junto a otras veintisiete personas que, con diversos cargos, serĆ”n juzgadas por la corte vaticana a partir del prĆ³ximo 5 de octubre. El expediente con las acusaciones realizadas contra el Cardenal es un expediente sustancial que consta de mĆ”s de 22.000 pĆ”ginas. Las acusaciones contra el Cardenal se refieren a unas inversiones inmobiliarias promovidas en nombre de la Santa Sede con un fondo denominado Peniques de San Pedro, un verdadero sistema bancario en el que confluyen las ofrendas al Santo Padre por parte de fieles de todo el mundo. . Un pequeƱo tesoro de casi quinientos millones de dĆ³lares.

Todos los medios mundiales hablan de un escĆ”ndalo financiero sin precedentes. MĆ”s allĆ” de cualquier consideraciĆ³n moral, la historia que llevĆ³ al cardenal Becciu a juicio se refiere solo a una pequeƱa gota en la inmensa riqueza de la Santa Sede. La Santa Sede es un estado soberano que, a pesar de su pequeƱez, tiene una gran influencia en un segmento muy grande de la poblaciĆ³n mundial. En los Ćŗltimos diez aƱos, la poblaciĆ³n catĆ³lica mundial ha crecido casi un 10%.

Hoy en dĆ­a, el ejĆ©rcito de Francisco se estima en mĆ”s de 1.300 millones de fieles. Para llevar a cabo su misiĆ³n apostĆ³lica, la Santa Sede puede contar con importantes recursos. Pero con el tiempo, la riqueza de la Santa Sede ha sido piedra de escĆ”ndalo. el verdadero poder financiero de la Santa Sede lo constituyen las mĆ”s de 5.000 diĆ³cesis presentes en todo el mundo. Una presencia generalizada que genera, por donaciones y financiaciĆ³n, un rĆ­o de dinero que no se calcula fĆ”cilmente. Ciertamente, las cajas fuertes mĆ”s ricas son Italia, Alemania y Estados Unidos. ¿Es una coincidencia que estas tres naciones sean tambiĆ©n el epicentro del enfrentamiento entre Francisco y sus enemigos?

Es a travĆ©s del dinero y su gestiĆ³n que la Iglesia CatĆ³lica logra desarrollar su polĆ­tica exterior. Las diĆ³cesis estadounidenses recaudan casi doce mil millones de dĆ³lares cada aƱo. La segunda caja fuerte de la Iglesia catĆ³lica es Alemania, donde se recaudan casi 6.000 millones de euros cada aƱo. En tercer lugar estĆ” Italia, con un tesoro de mil millones de euros, pero el presupuesto global de la Santa Sede, considerando tambiĆ©n la Ciudad del Vaticano, se cuantifica en 10 mil millones al aƱo. Los activos inmobiliarios de la Santa Sede y las DiĆ³cesis merecen una discusiĆ³n por separado. Una estimaciĆ³n conservadora habla de un valor mundial de mĆ”s de 2.500 mil millones de dĆ³lares. Una montaƱa de dinero, una excelente razĆ³n para hacerle la guerra a Francis.

¿Es posible, por tanto, que la gestiĆ³n de 400 millones de euros, con pĆ©rdidas estimadas y ni siquiera seguras entre 100 y 200 millones de euros, se convierta en motivo suficiente para poner en la picota a una de las personalidades mĆ”s influyentes del Vaticano, el cardenal Becciu junto a su sĆ©quito?

Para comprender lo que estĆ” sucediendo, es necesario estudiar el expediente judicial. El capĆ­tulo mĆ”s conocido de la investigaciĆ³n sobre la gestiĆ³n de los fondos de la SecretarĆ­a de Estado se refiere a la inversiĆ³n en el Athena Capital Global Opportunities Fund del financiero Raffaele Mincione. La operaciĆ³n se remonta al segundo semestre de 2013-principios de 2014, cuando la SecretarĆ­a de Estado pidiĆ³ prestado a Credit Suisse por doscientos millones de dĆ³lares para invertirlos en el fondo Mincione (100 en la parte mĆ³vil, 100 en la inmobiliaria, vinculado al edificio londinense de Sloane Avenue 60).

La inversiĆ³n altamente especulativa provoca graves pĆ©rdidas econĆ³micas para la Santa Sede. Al 30 de septiembre de 2018, las acciones habĆ­an perdido mĆ”s de 18 millones de euros en comparaciĆ³n con el valor inicial, pero se estima que la pĆ©rdida general es una cantidad mucho mĆ”s sustancial. AdemĆ”s, Mincione supuestamente utilizĆ³ dinero del Vaticano para llevar a cabo operaciones imprudentes y para intentar tomar el control de bancos en crisis.

Una red de financistas, por tanto, habrĆ­a utilizado los recursos destinados a obras de caridad, para actividades completamente impropias. Algunas inversiones te hacen sonreĆ­r. Con los recursos encomendados por la Santa Sede, los hedge funds encargados de gestionar ese dinero habrĆ­an financiado producciones cinematogrĆ”ficas como la pelĆ­cula “Man in Black III” y “Rocket Man”, la autobiografĆ­a de Elton John.

Para llevar a cabo la investigaciĆ³n, la Corte del Vaticano tuvo que recurrir a una serie de comisiones rogatorias internacionales. MĆ”s allĆ” de las adquisiciones de datos y cuentas numeradas, las magistraturas de Gran BretaƱa y Suiza han desmantelado la tesis acusatoria de los investigadores de la Santa Sede. A pesar de esos juicios, el juicio en el Vaticano continuarĆ”. ¿Es posible imaginar que detrĆ”s de esta pequeƱa transacciĆ³n por valor de 500 millones de euros, podemos vislumbrar la trama de otra estrategia mĆ”s para el control del poder en el Vaticano?

Angelo Becciu, con la imposiciĆ³n del gorro cardenalicio, se habĆ­a convertido en uno de los probables sucesores del Papa Francisco. El prĆ³ximo cĆ³nclave lo habrĆ­a visto entre los candidatos al trono de San Pedro. El escĆ”ndalo financiero, sin embargo, ha borrado cualquier esperanza de una elecciĆ³n para Becciu.

¿QuiĆ©n se beneficiĆ³ de ella? Otro candidato a la sucesiĆ³n del Papa Francisco es Pietro Parolin, cardenal y secretario de Estado. El escĆ”ndalo del edificio de Sloane Avenue no lo ha afectado hasta ahora. Pero hay un documento, excluido de la gigantesca carpeta judicial, que demuestra inequĆ­vocamente la aprobaciĆ³n de Parolin a esos movimientos financieros. Un documento que serĆ” presentado ante los tribunales por el cuerpo jurĆ­dico del cardenal Becciu y que corre el riesgo de abrumar a todo el establecimiento de la Santa Sede.

Es una carta firmada por el cardenal Pietro Parolin, nĆŗmero dos del Papa, que absuelve al cardenal Angelo Becciu. En la carta, Becciu estĆ” autorizado a gastar el dinero depositado en la cuenta del Obolo di San Pietro dĆ³nde, cĆ³mo y cuĆ”nto querĆ­a. Una liberaciĆ³n total.

AdemĆ”s, el anĆ”lisis en profundidad de la forma en que se habrĆ­an gastado los fondos de los Peniques de San Pedro, demuestra la existencia de una estrategia geopolĆ­tica directamente ligada a la gestiĆ³n de esos recursos econĆ³micos. Del mar magnum de fondos confiados por la SecretarĆ­a de Estado vaticana a los bancos comerciales, surgen pequeƱas y grandes inversiones que afectan la polĆ­tica exterior de la Santa Sede.

Esto no es nuevo: en su historia, el Vaticano siempre ha tratado de marcar una lĆ­nea de polĆ­tica exterior, condicionando los activos geopolĆ­ticos del mundo. En el pasado lo hacĆ­a con fondos del IOR, el Instituto de Obras Religiosas, cuando, a partir de finales de los aƱos setenta, se financiaban entidades extranjeras y entidades como Solidarnosc, con el objetivo especĆ­fico de colapsar el Pacto de Varsovia. Estrategia deseada e implementada por el Papa Juan Pablo II. Las investigaciones judiciales y los juicios demostrarĆ”n los vĆ­nculos entre las finanzas del Vaticano, los sistemas criminales internacionales y las redes de trĆ”fico de armas. Pero Juan Pablo II se convirtiĆ³ en santo y el Pacto de Varsovia ya no existe.

Incluso hoy, a partir de los documentos judiciales presentados por el Tribunal Vaticano contra Becciu, se vislumbran acciones financieras destinadas a desarrollar las relaciones polƭticas internacionales. En el expediente judicial, por ejemplo, hay una referencia precisa a algunas inversiones a favor de Retelit. Es una empresa que se ocupa de redes telemƔticas. Entre los accionistas de Retelit tambiƩn se encuentra LPTIC, la empresa de telecomunicaciones de Libia, del estado libio. Entre los gastos que descargan los financieros del Vaticano en el Obolo di San Pietro tambiƩn hay 40 mil euros destinados a pagar cuatro dƭas de vacaciones en CerdeƱa al ex viceprimer ministro de Libia Ahmed Maiteeq.

Es un marcador rojo. Una seƱal que demuestra cĆ³mo el asunto de las finanzas del Vaticano tiene proyecciones directas sobre las estrategias geopolĆ­ticas que la Santa Sede quiere implementar en todo el mundo. Precisamente por eso, como veremos en la prĆ³xima entrega de esta investigaciĆ³n, todas las agencias de inteligencia occidentales, lideradas por los servicios secretos italianos, han llamado a la puerta del Vaticano para obtener contactos, aval y relaciones estructuradas. Y se dirigieron a Angelo Becciu, el hombre que habĆ­a sido juzgado con la acusaciĆ³n de estafador: una imagen lejana del polĆ­tico que desde Ɓfrica a Cuba siempre ha defendido la doctrina polĆ­tica del Papa Francisco.

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GUERRA DE ESPƍAS Y CHATARRAJES A LA SOMBRA DEL VATICANO. LA INTELIGENCIA PARALELA DEL CARDENAL BECCIU Y LOS SERVICIOS SECRETOS ITALIANOS

La inteligencia no es mĆ”s que la continuaciĆ³n de la diplomacia por otros medios. Esta es la regla que siempre ha estado vigente en el Vaticano. El pequeƱo estado en el corazĆ³n de Roma ha sido prĆ”cticamente siempre blanco de actividades de espionaje por parte de todas las potencias mundiales. Para permanecer en los Ćŗltimos tiempos, conviene recordar las misiones realizadas en vĆ­speras de la Segunda Guerra Mundial: la corte del Vaticano fue un cruce de espĆ­as y analistas italianos, alemanes, britĆ”nicos y estadounidenses. El destino de la Segunda Guerra Mundial tambiĆ©n se decidiĆ³ con ese profundo trabajo de inteligencia. Incluso en la segunda parte del siglo XX, los servicios secretos de todo el mundo estĆ”n constantemente escuchando para robar los secretos de los muros del Vaticano. La razĆ³n es simple: una palabra del Santo Padre, un cargo pĆŗblico, el apoyo a una iniciativa polĆ­tica pueden cambiar el curso de la historia. En la historia reciente, el Vaticano ha estado en el centro de una verdadera guerra de espĆ­as. AsĆ­ lo demuestran las investigaciones relativas al secuestro y asesinato del polĆ­tico italiano Aldo Moro en 1978, el atentado al Papa Juan Pablo II y los escĆ”ndalos financieros que en los Ćŗltimos cincuenta aƱos han marcado el crimen y la actualidad judicial en Italia y en el ciudad del Vaticano. En cada uno de esos expedientes judiciales, tarde o temprano, aparece la presencia de agentes secretos rusos, estadounidenses, checoslovacos, britĆ”nicos e italianos.

¿CĆ³mo puede el Vaticano defenderse de este asfixiante control de la inteligencia extranjera? ¿Es posible argumentar que entre las filas de la burocracia vaticana hay una red de agentes secretos extranjeros dispuestos a robar o condicionar la polĆ­tica de la Santa Sede?

Estas son las razones que en 2017 convencieron al cardenal Angelo Becciu de contratar a Cecilia Marogna. En ese perĆ­odo en Italia los jefes de los servicios secretos civiles y militares estaban cambiando. AdemĆ”s, el Vaticano estaba bajo presiĆ³n, porque el avance del radicalismo islĆ”mico ponĆ­a en peligro la seguridad de las misiones de la Santa Sede en Ɓfrica y Oriente Medio. Cecilia Marogna no es una espĆ­a. Es una analista de inteligencia que ha adquirido experiencia en el campo, desde Bosnia hasta el Medio Oriente, desde Mali hasta China.

El 13 de octubre de 2020, las fuerzas del orden italianas arrestaron al gerente en MilĆ”n. Marogna pasarĆ” dos semanas en prisiĆ³n. Los magistrados del Vaticano han emitido una orden de arresto internacional e Italia estĆ” procediendo a detenerla, a pesar de que no existe ningĆŗn tratado entre Italia y la Santa Sede que prevea tal prĆ”ctica. Cecilia Marogna estĆ” acusada de haber malgastado 400.000 euros en gastos discrecionales. SegĆŗn la tesis de los magistrados, esas sumas deberĆ­an haber sido utilizadas para trabajo voluntario humanitario. ¿Marogna tiene algo que ver con la historia del edificio inglĆ©s en Sloane Avenue? Absolutamente no, pero los magistrados vaticanos han decidido incluir su cargo en el proceso judicial que condujo a la imputaciĆ³n del cardenal Becciu.

Pero, ¿quiĆ©n es Cecilia Marogna? Esto fue explicado por Riccardo Sindoca, ahora su rsolicitor. Sindoca, desde 1986, ha sido una cĆ©lula operativa de inteligencia de la OTAN en Italia. Sindoca era miembro de Gladio / Stay Behind. “PrometĆ­ lealtad al Pacto AtlĆ”ntico el 17 de noviembre de 1986”, explica. En 2005, sin embargo, el poder judicial italiano solicitĆ³ su arresto y el cargo de asociaciĆ³n delictiva. Los magistrados acusaron a Sindoca de haber creado un servicio secreto oculto y paralelo. Pero serĆ” absuelto, porque el gobierno italiano se verĆ” obligado a admitir que estĆ” al tanto de todo. “DespuĆ©s de todo, fui yo quien iniciĆ³ a Cecilia Marogna en las actividades de inteligencia”, admite Sindoca.

“ComencĆ© a prestar atenciĆ³n a Cecilia Marogna desde que trabajaba como gerente de telefonĆ­a de Nokia. Usamos una tecnologĆ­a israelĆ­ en 2008 llamada “candado dorado”, que solo podĆ­a usarse en telĆ©fonos Nokia. Fueron los primeros telĆ©fonos criptogrĆ”ficos, sucediĆ³ en 2009 ”.

“Cecilia fue entrenada por mĆ­ al respecto y capacitada para poder realizar funciones analĆ­ticas y tambiĆ©n operativas - afirma Sindoca - y hoy puede ofrecer sus servicios de anĆ”lisis geopolĆ­tico de Ć”reas sensibles, tambiĆ©n a favor de la SecretarĆ­a de Estado de Vaticano. Estado. ¿QuĆ© es en medios concretos? Hablamos de estudios de viabilidad y protecciĆ³n de las nunciaturas apostĆ³licas que se encuentran operando en zonas hostiles. Es una relaciĆ³n de confianza, que realizĆ³ para su Eminencia el Cardenal Becciu. Cecilia Marogna no ha violado ningĆŗn secreto. Fue detenida injustamente, tomĆ© su defensa legal, no solo por nuestra relaciĆ³n personal, sino tambiĆ©n porque me lo pidieron entidades israelĆ­es ”.

AsĆ­, desde 2017, Cecilia Marogna ocupa un cargo de relaciones institucionales y estudios geopolĆ­ticos para la SecretarĆ­a de Estado del Vaticano. Este es su trabajo. EstĆ” demostrado en papel y cuenta con el aval del Santo Padre.

Entre las tareas que el experto en geopolƭtica lleva a cabo en nombre de Becciu, tambiƩn estƔ la apertura de un canal directo de relaciones entre la Santa Sede y los servicios secretos italianos.

De hecho, Cecilia Marogna ya ha estado en contacto directo con la inteligencia italiana durante algunos aƱos. Luego, en 2017, algunos ejecutivos del servicio secreto militar italiano llaman a la puerta del Vaticano. Quieren conocer al cardenal Becciu.

El gobierno italiano debe nombrar a los nuevos jefes de los servicios secretos extranjeros. Hay dos generales en disputa por ese puesto: Luciano Carta y Gianni Caravelli. El cardenal Becciu le pide a Marogna que se reĆŗna con el general Carta y le prepare un memorando. “Becciu me dijo: es asunto tuyo, reĆŗnete con Ć©l - dice el gerente del Vaticano - si te parece bien, vamos a conocerlo, agrega el Cardenal”. “Entonces me encontrĆ© con el General Carta, continĆŗa Marogna, me reunirĆ© con Ć©l cuatro veces. El general me hizo entender que tenĆ­a informaciĆ³n sobre mĆ­, especialmente sobre mi forma de trabajar en Ɓfrica. Durante el mismo perĆ­odo tambiĆ©n conocerĆ© a Caravelli. Becciu le preguntarĆ” a Marogna en quiĆ©n apostar. Ella seƱalarĆ” a Carta.

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Chiacchio y Maccalli (imagen exclusiva de Marogna)

En el nivel operativo, Marogna se centra en el expediente de terrorismo africano / islĆ”mico. En nombre de la Santa Sede, y en constante contacto con los servicios secretos italianos, Cecilia Marogna se ocupa de la liberaciĆ³n del padre Luigi Maccalli y Nicola Chiacchio, dos rehenes italianos secuestrados en Mali por una cĆ©lula terrorista islĆ”mica vinculada a Al Qaeda. Maccalli es un religioso de la Sociedad de Misiones Africanas que fue secuestrado en septiembre de 2018 en su parroquia de Bomoanga en la diĆ³cesis de Niamey. Por otro lado, el perfil de Nicola Chiacchio es indefinible: es ingeniero electrĆ³nico; fue secuestrado en 2019 y termina como rehĆ©n en la misma red terrorista que capturĆ³ al padre Maccalli. Nunca se entendiĆ³ quĆ© estaba haciendo Chiaccio en ese lugar.

Marogna trabaja para liberar a los rehenes a travƩs de sus fuentes confidenciales. El gerente actualiza constantemente al general Luciano Carta, quien se ha convertido en el jefe de los servicios secretos militares italianos. Carta, sin embargo, permanece al mando de la inteligencia militar durante solo dieciocho meses. SerƔ reemplazado por el general Caravelli.

El cambio de sede de los servicios secretos se produce en medio de la crisis polĆ­tica que amenaza con derrocar al gobierno de Conte.

En algĆŗn momento, a finales del verano de 2020, sucede algo especial y se revela el papel de Marogna. Las fuentes del analista que trabaja para el Vaticano estĆ”n quemadas. Los medios italianos lanzan una campaƱa de informaciĆ³n contra Marogna. La mujer se conoce como la "Dama" del Cardenal. EstĆ” acusada de despilfarro, se revelan sus oficinas operativas en Eslovenia. Estamos en septiembre de 2020, perĆ­odo en el que se decide el destino de los dos rehenes italianos en Mali.

“Siempre he mantenido a Carta informada de lo que estaba haciendo para obtener la liberaciĆ³n de Maccalli y Chiacchio”, recuerda el analista vaticano. Pero Carta fue removida de los servicios secretos y nombrada para dirigir Finmeccanica, la empresa estatal italiana lĆ­der mundial en la producciĆ³n de armas. Caravelli llega al timĆ³n de los servicios secretos militares.

El 6 de octubre de 2020, fuentes de Mali informan a Marogna de la liberaciĆ³n del padre Maccalli y Nicola Chiaccio. Se envĆ­a un documento oficial a Cecilia Marogna. La cĆ©lula de Al Qaeda en el Magreb tambiĆ©n liberĆ³ a la misionera francesa Sophie Petronin y a Soumalia CissĆ©, la polĆ­tica maliense. Marogna sostiene el documento oficial con el que el gobierno de MalĆ­ anuncia la liberaciĆ³n de los cuatro rehenes. La noticia de su liberaciĆ³n solo se harĆ” de conocimiento pĆŗblico tres dĆ­as despuĆ©s.

Cuando el gerente del Vaticano comunica el resultado a la cima de los servicios secretos italianos, la respuesta es frĆ­a. Entonces, el 7 de octubre, Marogna envĆ­a un correo electrĆ³nico al cardenal Parolin, secretario de Estado del Vaticano. Pide ser recibida en el Vaticano para dar cuenta de la liberaciĆ³n de los rehenes. Su misiĆ³n. Pero Parolin responderĆ” solo cuatro dĆ­as despuĆ©s, el 11 de octubre. En el correo electrĆ³nico afirma que no puede dedicarle tiempo y pospone la reuniĆ³n.

El significado de esa conversaciĆ³n vĆ­a correo electrĆ³nico lo explica Riccardo Sindoca: “Ese intercambio de correos electrĆ³nicos entre Marogna y Parolin muestra que el asunto judicial de Cecilia Marogna tambiĆ©n estĆ” relacionado con la liberaciĆ³n de los rehenes italianos en Mali. Solo mira las fechas. Cecilia Marogna tiene un correo electrĆ³nico enviado el 7 de octubre al cardenal Parolin donde solicita ser recibida y comunica la liberaciĆ³n de los rehenes. El correo electrĆ³nico es de la semana anterior al arresto de Marogna. Parolin, con el correo electrĆ³nico del 11 de octubre, le dice que no venga al Vaticano porque estaba ocupado. AquĆ­ hay que hacer una reflexiĆ³n. El fiscal de justicia del Vaticano tiene la obligaciĆ³n, no la discreciĆ³n, de notificar al secretario de estado cuando tiene la intenciĆ³n de proceder contra un miembro de la secretarĆ­a de estado, un funcionario, un empleado o un funcionario en funciones. Entonces, cuando Parolin recibe el correo electrĆ³nico del gerente, el Cardenal se enterĆ³ de la investigaciĆ³n. En lugar de llamarla a la Santa Sede, pospone la cita ”

¿Cecilia Marogna termina en este asunto legal porque jugĆ³ un papel involuntario en una guerra por el control de los servicios secretos italianos? AsĆ­ parece. “Fue ella quien legitimĆ³ la Carta General ante la Santa Sede, cuando el gobierno italiano iba a nombrar al jefe de los servicios secretos extranjeros”, concluye Sindoca.

La primera audiencia contra el cardenal Becciu y la analista Marogna se llevĆ³ a cabo en el Vaticano el 27 de julio. El juicio se actualizĆ³ al 5 de octubre. Pero antes de esa fecha, Cecilia Marogna serĆ” escuchada por DIS, el Departamento que coordina y dirige las actividades de inteligencia en Italia. Si solo fuera una mitĆ³mana, ¿por quĆ© la habrĆ­a llamado el gobierno italiano para escuchar su versiĆ³n? EstĆ”n en juego los secretos del Vaticano y en segundo plano la guerra por la sucesiĆ³n del Papa Francisco. 

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